Literatura y Psicoanálisis

Tuesday, November 07, 2006

La parábola del eterno retorno

Creo que nosotros tenemos un reloj biológico y dos psíquicos. Los instintos son movidos por el biológico, la pulsión de vida y de muerte vienen de los síquicos. La pulsión de vida es la que conduce a la creación de lazos, al crecimiento, al enaltecimiento de mi yo. La pulsión de muerte es una pulsión de destrucción de lazos, a la destrucción de tierras cultivadas y a la destrucción de un yo. Las dos son necesarias para nacer y morir una y otra vez en vida. Lo importante es que las pulsiones se vivan de forma armónica en nuestro ser. Si la pulsión de vida gana, nos enfrascamos en un idealismo, a un tiempo, a un espacio ... hemos muerto. Si la pulsión de muerte gana, la compulsión repetitiva de destrucción(patrones autodestructivos) atentarán contra mi ser y mis seres queridos ... acelera la muerte física, el objetivo de la pulsión de muerte. Si ellas se quilibran la parábola del eterno retorno habita en nosotros y siempre nos plantearemos nuevas formas de vida, nuevos retos, nuevos enfoques ... probablemente nos encontramos en un siguiente nivel donde aún viviendo con estas pulsiones tendremos que afrontar nuevos impulsos secundarios. Vivimos y morimos cada día, para construir muchas veces necesitamos demoler. Aún así la pulsión de muerte debemos identificarla y controlarla, cambiando el acto de la repetición cuando este choque con la voluntad propia.

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